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Estás a punto de entrar en el mundo de Alicia, el más extraño y asombroso, disparatado e insólito que hayas conocido y que jamás vas a olvidar. En este mundo, los gatos desaparecen sonrientes, las reinas tienen ejércitos de naipes, los conejos visten chaleco y te apremian para que los sigas. Y si los sigues, caerás por el agujero de su madriguera? Hasta el País de las Maravillas.Allí, las reglas que conocemos no funcionan; en el País de las Maravillas todo tiene su propia lógica. La hora del té no acaba nunca, Tiempo es un señor que se enfada si no sigues el compás cuando cantas y las lágrimas pueden llegar a formar un mar si justo en aquel momento tu cuerpo se encoge hasta ser diminuto. Desde su publicación, Alicia en el país de las maravillas ha fascinado a lectores como tú.

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Dorothy vive en una pequeña granja de Kansas con la tía Em y el tío Henry. Cuando llega un ciclón, Dorothy y su perro, Toto, son arrastrados en la granja. Aterrizan en un lugar extraño donde una bruja buena y unas personas diminutas llamadas Munchkins les dan la bienvenida. La casa de Dorothy ha aterrizado (y ha matado) a la Malvada Bruja del Este. Dorothy espera que el Mago de Oz pueda devolverla a Kansas, por lo que emprende el camino de baldosas amarillas. Pronto, Dorothy y Toto se encuentran con el Espantapájaros. Éste quiere desesperadamente un cerebro, así que les acompaña en su viaje. A continuación, conocen al Hombre de Hojalata, que les cuenta su historia de cómo fue una vez humano y cómo anhela volver a tener un corazón. Dorothy le dice que el Mago de Oz puede ayudarle, así que el Hombre de Hojalata se une a ellos. Mientras atraviesan un bosque, se encuentran con el León Cobarde. Aunque al principio intenta asustarlos, admite que es un cobarde y que desearía tener el valor que debería tener el Rey de las Bestias. Se une a los viajeros con la esperanza de que el Mago de Oz pueda ayudarle también a él.

En Londres, en 1872, un hombre llamado Phileas Fogg hace una apuesta con sus amigos de que puede recorrer todo el planeta en ochenta días. ¿La apuesta? Más de la mitad de su considerable fortuna, y exactamente la misma cantidad de dinero que fue robada de un banco cercano un día antes. Fogg se apresura a partir en compañía de Passepartout, su ayudante personal, en un viaje que llevará a los dos hombres por todo el mundo a través de todos los medios de transporte conocidos. Fogg no sabe que un astuto detective sigue cada uno de sus pasos de trotamundos.

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